VOLVERÁN LOS CAUTIVOS.

1.       Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.
2.       Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
3.       Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.
4.       Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev.
5.       Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6.       Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

INTRODUCCIÓN:

En el culto del día primero de enero, habíamos visto el Salmo 127 que dice: Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño. Y estuvimos hablando de la casa que necesitamos construir, de las puertas que debemos abrir en nuestra vida y para los demás.
Hoy en la mañana también estuvimos leyendo este mismo pasaje y les dije cómo la iglesia también debe ser construida por Jehová, Si Dios no edificare la iglesia, en balde trabajan los que edifican; si Jehová no cuidare de la iglesia, en vano velan.
Pues solamente cuando Dios construya y edifique la iglesia, será llenado por personas que han sido elegidas de Dios, la iglesia será el monte santo de Jehová, será como el jardín del Edén que Jehová había plantado, donde el Señor se paseaba por los senderos entre los árboles y plantas, y donde el hombre moraba y cuidaba. Jehová y el hombre se encontraban en medio de la vegetación y conversaban.
¿Es posible construir una iglesia así? Una iglesia como el jardín del Edén donde el hombre esté en ella, donde ya no tiene temor, donde se alimenta del pan de vida, donde convive armoniosamente porque existe un solo Dios y Señor de todos, una iglesia donde cada vez que necesitamos o queremos podamos encontrar a Jehová paseándose en ella.
En ese sentido, es muy importante que Jehová construya la iglesia y que Jehová llene la iglesia, pues solo así estará su voluntad y él mismo presente.

LA VENIDA DE LOS CAUTIVOS

En el pasaje de hoy dice: Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.
En la Biblia, aparece otra expresión: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. (Éxodo 20:2)
Estas dos expresiones “cautividad” y “servidumbre” son diferentes, no solamente en el aspecto de las palabras sino en el origen de los hombres cautivos que suben a Sion, o Jerusalén.
Cuando dice: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, está hablando de los hombres que son incrédulos pero son elegidos de Dios, que les llegó la hora de su llamamiento; y así fueron liberados y creen a Jesucristo por primera vez, a pesar de que sus pecados ya fueron redimidos por Jesucristo en el día que Jesús murió en la cruz, pero que anteriormente ya fue predestinado por la voluntad de Dios para ser santos y sin mancha.
Mas cuando dice: Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, está hablando de aquellos que eran creyentes, que son hijos de creyentes; quienes por sus pecados o por pecados de sus padres y de sus gobernantes (reyes, príncipes, pastores) fueron desterrados, vendidos por Dios a los incrédulos para que sean cautivos, y que vivan alejados de Dios y sirven al palo y al yeso de pueblos idólatras. Sí, estos son los cautivos, aquellos que por desobediencia a la Palabra de Dios fueron desterrados, aquellos que prefirieron a otros dioses de la tierra, que aman el dios del mundo y fueron abandonados por Dios.
Son tantas las personas que viven en esta cautividad y en muchos casos ni reconocen que están presos a la voluntad ajena, que por olvidarse de Dios, por desobediencia a sus mandamientos, por amar a los dioses que abundan (sea el mundo, los bienes del mundo, porque se casaron con incrédulos y abandonaron, por rebeldía) les pasa todo. Personas que se apartaron de Jehová, incluso aquellos que creen en su corazón que son creyentes pero les domina las riquezas del mundo.
Como dice la Biblia: Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos. Mas al primero año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba. (2 Crónicas 36:19-23).
Al respecto de ¿dónde están los cautivos? ¿Cuál es el país donde fueron los cautivos? Hoy por hoy, es mucho más generalizado, pero en principio son todos los hombres que fueron llevados y trasportados más allá de sus iglesias, a otros países, también aquellos que están en el país pero que les tienen cautivos por medio de relaciones de noviazgo con incrédulos, cautivos por matrimonios con impíos, cautivos en la crianza de hijos como disculpa para no venir a la iglesia, cautivos por cuestiones de trabajo donde no puede amar a Dios ni ir a la casa de Dios los domingos, cautivos porque se han mudado a otra ciudad y no hay iglesia o si la hay es muy pobre, o el corazón que se ha alejado de Dios y no es “tocado por la gracia divina” para que sepan sus pecados y se arrepientan. Y por supuesto, aquellos que están cautivos por enfermedades, aquellos que están cautivos por préstamos y deudas, compras a cuotas, tarjetas de crédito. También aquellos que están vendidos para que estén hoy bajo falsos y malos maestros con sus falsas doctrinas; aquellos que piensan que están en una iglesia cristiana pero en realidad están cautivos porque no son curados ni equipados para toda buen obra, aquellos que están en medio de las sectas. Aquellos que simplemente se van a iglesias de la tradición de sus padres para no ser perseguidos.
No faltan los encarcelados y no tienen libertad, los enfermos que están atados a su cama, aquellos que dependen económicamente de otras personas y obedecen a sus voluntades.
Sí, todos estos casos son casos de cautividad, porque el creyente no puede defender su fe, es manipulado contra su voluntad, es engañado y no se da cuenta. Muchos de ellos porque son hijos de padres desobedientes que fueron vendidos por Dios y durante toda su vida han crecido en una seudo iglesia, por eso no se dan cuenta.
Entonces ahora, sabemos mejor las palabras de Jesús quien dijo: Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (San Juan 8:32)
Por eso nos dice Jehová que liberará a los cautivos y hará que vuelvan a Sion, y todos glorificarán a Dios por las grandes cosas que hará a estos hombres que volverán.
Sí, estos son los primeros que volverán. Y nosotros que veremos todas estas cosas estaremos alegres, glorificaremos a Dios. Pues verán nuestros ojos los frutos de la promesa de Dios.

CON REGOCIJO SEGARÁN

HASTA AHORA, incansablemente hemos sembrado, y muchas veces con lágrimas, con dolores y cansancio. Nuestros cuerpos recibieron el calor del sol, el frío del invierno; también hemos recibido el desprecio de los ojos, la maldad del enemigo, fuimos blancos de la envidia de los hombres, son muchos quienes critican nuestra manera de trabajar.
Hemos caminado kilómetros y kilómetros, hemos entrado en guaridas de lobos, nos hemos topado con ladrones, con drogadictos, hemos entrado en los lugares más increíbles que podamos imaginar. Incluso, Dios nos ha cegado muchas veces nuestros ojos para no ver el peligro, nos ha librado de muchas personas, ha calmado el ánimo de los hombres que recibían nuestra predicación.
No faltaron los insultos, las persecuciones continúan hasta hoy, las burlas no cesan. Incluso cuántas veces tuvimos que derramar lágrimas porque lastimábamos los unos a otros, la impaciencia, el dolor, la falta de frutos; muchas veces lo hemos descargado en las espaldas de nuestros compañeros. Y nos preguntábamos: ¿Señor, cuándo veremos los frutos?
Pero siempre la Palabra de Dios nos alentó, nos dio nuevas fuerzas, hermos entrado junto a lobos y leones, entre osos y áspides, mas la Verdad de Dios nos calmó, nos hizo caminar lado a lado; hemos obedecido a un niño que nos fue de pastor. Mas extrañamente hemos escuchado la voz, el Señor Jesús nos ha movido en nuestros corazones para que perseveremos hasta ahora.
Han contado alguna vez, ¿cuántas gotas de sudor han derramado por el evangelio? Yo estoy seguro que nuestro Señor Jesucristo lo sabe. ¿Saben cuántas lágrimas hemos derramado en público y en el silencio de la soledad y oración? O ¿Cuántas veces nos ha desgarrado el corazón? ¿Cuántas veces hemos querido dejar todo para hacer como todas las demás iglesias hace?
Mas gracias a Dios, el Señor no nos ha permitido hacerlo. Nos ha hecho mantenernos en la unidad de esta fe, la palabra de Dios nos ha sido derramado sobre nosotros sin cesar. El corazón cansado y apocado, a un paso de abandonar todo, fue consolado y fortalecido todas las veces, para que estemos domingo tras domingo. Antes hemos aumentado de ministerios y de valentía.
Siempre, siempre hubo una palabra, una certeza, una verdad que nos decía el Espíritu Santo: que llegará la hora, que está pronto el tiempo, que vendrán las ovejas perniquebradas, las heridas, las abandonadas, las listadas, manchadas y pintadas.
Seguro que estas palabras de hoy son más ciertas que nunca: los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Tenemos que saber que si existe un versículo como este, no hay otra manera de ganarse almas para Cristo. Pues la Biblia no puede ser quebrada ni obviada por nadie. No se hace excepción con nadie. Si no se derrama lágrimas durante la siembra, si no se camina y llora por el dolor, el cansacio, la fatiga, el menosprecio, la falta de frutos, las persecuciones y burlas; tengan por cierto que jamás podríamos volver con regocijo ni ver los frutos y gozarnos en Dios.
Y ¿por qué no vuelven hasta ahora?

CUANDO JEHOVÁ HICIERE VOLVER LA CAUTIVIDAD DE SION

Tienen que acordarse que todos estos hombres que están cautivos, lo están porque han transgredido el mandamiento de Jehová Dios, y han sido juzgados.
Y como tantas veces aparece en la biblia cuando dice: Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová. Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot. Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos. Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción. (Jueces 2:12-15).
Entonces, la vida que  están llevando, las prisiones en donde viven sin libertad, ni entendimiento para buscar a Dios, del cautiverio del trabajo, del dinero, de la enfermedad, del exilio, de las relaciones familiares y conyugales; pero aun así no lo pueden entender, no tienen comprensión. Son un ejemplo fiel de los hombres a donde envió Dios al profeta: Y dijo: anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.(Isaías 6:9-10).
Todo esto pasa porque es Jehová Dios, quien les vendió, los envió a cautiverio, por eso no tienen entendimiento de sus pecados; incluso cuando escuchan o leen la biblia, no les es quitado el velo que cubre sus ojos para que sigan ciegos.
Por eso, porque Dios los puso en esa condición, ningún hombre puede sacarlos, ni liberarlos; ¿hasta cuándo? Hasta que se cumpla el tiempo impuesto por Dios. De ahí, dice hoy la palabra: CUANDO JEHOVÁ HICIERE VOLVER LA CAUTIVIDAD DE SION.  Sí, será Dios quien juzgó y condenó; él mismo deberá declarar libertad a estos hombres, entonces volverán.
Entonces serán liberados los cautivos, se dictará decretos por medio de hombres, de reyes como Ciro, quien dará libertad a los cautivos y sean restituidos sus bienes y vuelvan a Sion, a Dios.
Pero siempre recuerden, no es el esfuerzo que hagan los hombres evangelizadores o intercesores, no son los obreros quienes conquisten a los perdidos, a los hijos pródigos; sino que el tiempo en que fueron juzgados y condenados por Dios, está llegando a su fin, y Jehová liberará a los cautivos.
Es tan temerario y blasfemo decir que por nuestra buena predicación, por nuestras palabras se han convertido. Pues en ambos casos, tanto el que hoy es incrédulo debe ser liberado de su vida de servidumbre a las fuerzas de las tinieblas por Dios; y aquel que está cautivo debe ser liberado por Jehová.
Siempre es la oración y la lectura de la Palabra quien nos mantiene constantes y entendidos en el tiempo y en las obras de Dios. Porque no hay forma de inventar hombres, ni de fabricar creyentes, cuando el Señor los mantiene cautivos. Es natural entonces que oremos a Dios por misericordia, oremos en verdad para que seamos entendidos y no cometer errores contra Dios.

CONCLUSIÓN:

Este y muchos otros puntos son incomprensibles para los hombres en toda la extensión de la Palabra.
Para nosotros nos queda una consolación y seguridad, toda persona que tiene se ser salvado, vendrá poruqe ciertamente Jehová ha obrado en él.
Es necesario que adoremos a Dios en espíritu y en verdad. No podemos torcer la voluntad de Dios y nadie puede conseguir que Dios cambie sus planes.
La evangelización que hacen ustedes, los ministerios en donde sirven, todo tiene unas leyes que gobiernan. Sí, espera en el tiempo de Dios. Esto también es fe y es obediencia a Jehová.
Jamás Dios se ha olvidado de tu esfuerzo, nunca deja que la obra que haces caiga en saco roto. Cada cosa tiene su tiempo y si hoy nosotros fuimos llamados temprano, igualmente tenemos una responsabilidad.
¿Qué tendremos nosotros? Veremos con gozo y alegría a los cautivos volver, nosotros les guiaremos y les sanaremos. Les enseñaremos para que sean restituidos y nunca más pasen vergüenza.
Sé que tus lágrimas, tu esfuerzo, tus oraciones y tu firmeza en la fe y en la esperanza, siempre serán para Dios y él no se olvidará de ninguna de tus obras. Dios llenará tus manos con mucha abundancia y pronto verán los frutos de tu trabajo.
Que Dios te fortalezca y te bendiga.